lunes, noviembre 29

En Marte

Dime una historia,
cuentame cuantos y cuentos,
una vez más termina de ser, que esta noche no quiero ser, ni siquiera intentar.
Cuentame cuantas veces tengo que doblar mi cuello y curvar mi espalda,
sin mirar hacia abajo y una mirada más hacia arriba cuando todo da vueltas y la cabeza no vuelve hacia ti.
Salir de aquí, ir a donde nadie está, donde yo nomas te puedo encontrar.
Retoques y retimbres, timpanos y retumbes, donde las espirales giran alreves.
La verdad y la felicidad, cuentame otra vez, cómo llegas hacia ella.
Acordes y renombres que solian resonar en algún rincón donde te iba a buscar quedarse sonaba placiadamente mientras mi piel se enchinaba y el frío corría por cada una de mis vertebras, la vista se nublabla y yo nada más te quería tocar.
La nueva vida, la estola perdida y el revuelo que siente mi estomago por las mañanas cuando ya no estas junto a mi cama.
Las fantasías, sueños y habladurías, quedan en el pestañeo de aquella ves que sonreí mientras te observaba e imaginaba que la vida si era así de dulce y que los pajaros cantaban cuando sabían que te amaba.
Y sentir que flores quedaban a mi paso y la luz encandilaba más.
Jugar para no pensar, soñar para no imaginar, la somnolencia del creativo y la futura realidad que no vendra, porque hoy en día decidí dejar de establecer para comenzar a vivir y dejar vivir, cuando ya no estas y yo...
los sonidos se intensifican y las tensiones corren mas aprisa, los poros transpiran y aliento se agita.
Pense una vez más cuando nada ya quedaba, para solo llegar a donde ya estoy, que todo es mejor que tan solo una idea no basta para mantener un ideal, y la resignación se convierte en mi cantar.